La tecnología en el aula ya no es un lujo, es una herramienta fundamental para mejorar la experiencia de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, a la hora de renovar el equipamiento tecnológico, muchos colegios aún se preguntan:
¿Pantalla interactiva o proyector tradicional?
En este artículo te ofrecemos una comparativa clara, objetiva y actualizada para ayudarte a tomar la mejor decisión.
1. Calidad de imagen
Pantallas interactivas: ofrecen resolución 4K, brillo constante y contraste nítido, sin importar la luz del entorno. No necesitan apagar luces ni cerrar persianas.
Proyectores tradicionales: la calidad de imagen depende de la iluminación de la sala y del estado de la lámpara. Con el tiempo, pierden brillo y nitidez.
Si buscas visibilidad clara en cualquier condición, la pantalla interactiva gana por goleada.
2. Interactividad
Pantallas interactivas: permiten escribir, dibujar y mover elementos directamente sobre la pantalla con los dedos o un lápiz. Algunos modelos, como Lyra Pro, permiten incluso múltiples usuarios al mismo tiempo (en el caso de los modelos Newline, hasta 50 puntos táctiles en Windows y 20 en Android).
Proyectores tradicionales: requieren accesorios externos (pizarras táctiles, sensores o lápices especiales) para lograr una interactividad básica.
La interactividad nativa y sin periféricos de las pantallas mejora la dinámica de clase.
3. Instalación y mantenimiento
Pantallas interactivas: instalación sencilla y sin calibraciones. No requieren cambios de lámpara, filtros ni mantenimiento técnico periódico.
Proyectores tradicionales: necesitan mantenimiento regular, sustitución de lámparas y limpieza de filtros. Además, suelen necesitar más tiempo de instalación y aprendizaje para su uso.
Menos mantenimiento = menos costes y menos interrupciones en clase.
4. Consumo y durabilidad
Pantallas interactivas: diseñadas para un uso intensivo, con hasta 50.000 horas de vida útil sin pérdida de calidad. Algunos modelos incorporan modo de ahorro energético y apagado automático.
Proyectores tradicionales: las lámparas suelen tener una vida útil de entre 3.000 y 6.000 horas, y su reemplazo supone un coste adicional.
Los monitores interactivos ofrecen una inversión más duradera y eficiente a largo plazo.
5. Conectividad y recursos
Pantallas interactivas: los modelos Newline incluyen sistema Android integrado, acceso a apps educativas, navegador, pizarra digital, grabación de pantalla, conexión inalámbrica y herramientas colaborativas.
Proyectores tradicionales: dependen casi por completo de un ordenador externo. No incluyen funciones avanzadas ni software educativo integrado.
Con una pantalla interactiva, todo está al alcance del profesor sin necesidad de más dispositivos.
Entonces, ¿qué conviene más a un centro educativo?
Si buscas una solución intuitiva, duradera, con mínimo mantenimiento y diseñada específicamente para el entorno educativo, la respuesta es clara:
la pantalla interactiva es la evolución natural del proyector tradicional.
En Newline Interactive, ayudamos a colegios de toda España a dar el salto tecnológico con acompañamiento, formación y soluciones adaptadas a cada etapa educativa.
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